Las Competencias de un Docente del siglo XXI
Susana Loya Rivera
Universidad Tecnológica de la Babícora
En los últimos años se desencadenó la preocupación por
garantizar que en los centros educativos se impartiera una enseñanza de
calidad. En el ámbito educativo se han realizado varios estudios en torno al
tema y uno de los puntos clave y sobre el que se ha resaltado mucho es el
desempeño docente, siendo el profesor el sujeto en quien se concreta la
ejecución de los objetivos formativos previstos en toda institución educativa
por estar en relación directa con el estudiante.
La función que la escuela ha
tenido históricamente ha sido la de preservar y transmitir la cultura a las nuevas generaciones y el maestro ha sido
la figura que ha encarnado la representación de los adultos de la sociedad en esa misión. En el siglo que
acaba de concluir hubo grandes
propuestas de modelos educativos, que se
desarrollaron con la finalidad de que la
herencia cultural que se transmite a las nuevas generaciones se diera de una
manera más vivencial y participativa, intentando colocar al alumno en el centro
del proceso educativo y concibiendo al educador no como aquel que enseña, sino
como aquel que guía o facilita.
Sabemos
que es evidente la necesidad de transformar radicalmente el sentido de la
existencia del hombre y su capacidad de creación hacia una nueva cultura que
haga posible la realización de la grandeza humana. Es así como se plantea el Enfoque
basado en Competencias sustentado principalmente en tres pilares como el saber
saber, saber hacer y el saber ser enfocados en el contexto de las realidades y
desafíos que vive la humanidad ante su pasado, presente y su futuro.
Como
podemos ver la educación basada en el desempeño, no sólo está centrada en el alumnado, sino también en el rol docente. Compromete a este en la
modificación de su práctica docente, su manera de diseñar las actividades y
estrategias, su planeación no como un mero requisito administrativo, sino como
un referente de cómo conducir al alumno en la consecución de los objetivos,
propósitos y en el desarrollo de sus competencias y conocimientos, de forma tal
que les sirvan para enfrentar y responder a determinados problemas presentes a
lo largo su vida. Es decir nos compromete a modificar nuestra actitud hacia las
estrategias que utilizamos para conducir la enseñanza.
Sin embargo, se considera que el papel del docente es el de un agente de cambio que
entiende, promueve, orienta y da sentido al cambio inevitable que nos
transforma a todos. Lo que se pide de él es un compromiso con la superación
personal, con el aprendizaje, con los alumnos, con la creación de una sociedad
mejor y con la revolución educativa y social que se requiere urgentemente.
El docente y la
docente deben comprometerse, mediante la reflexión constante sobre sus tareas,
en espacios de construcción individual y grupal, y con aportes significativos,
de forma tal que pueda enfrentarse con los numerosos dilemas y retos que se
presentan en este milenio. El docente universitario, en esta nueva educación,
desempeñará nuevas funciones, tales como acompañar, orientar y guiar el trabajo
y la búsqueda del estudiante, promover el desarrollo integral, diseñar
escenarios, procesos y experiencias de aprendizaje significativo; preparando a
los estudiantes para que se adapten especialmente a la cultura moderna.
En los últimos años,
la labor de los profesores se ha ido volviendo cada vez más compleja, ardua y
desafiante, en especial frente a la falacia de que los maestros pueden ser
desplazados eventualmente por el acelerado avance de las tecnologías de la
información y al comunicación. Es así como hoy, justo en esta era de la
internet es más importante su papel como orientadores de las nuevas
generaciones.
Cada vez es menos
frecuente que un profesor se limite simplemente a exponer un tema en clase. El
avance del conocimiento y la innovación en los modelos pedagógicos están
obligando al ejercicio docente como facilitador del aprendizaje, tutor,
orientador educativo, diseñador de materiales didáctico, elaborador de
instrumentos de evaluación, asesor y guía. De tal manera que es importantísimo
contar con las competencias que menciona Philippe Perrenoud (2004) en su libro
Diez Nuevas Competencias para enseñar y las de Miguel Zabalza, competencias del
docente universitario (mostradas en la tabla), siendo todas ellas las que
conforman una figura optima del docente.
AUTOR
|
COMPETENCIAS
|
Philippe Perrenoud
|
1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje
2. Gestionar la progresión de los aprendizajes
3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación
4. Implicar a los alumnos en su aprendizaje y en su trabajo
5. Trabajar en equipo
6. Participar en la gestión de la escuela
7. Informar e implicar a los padres
8. Utilizar las nuevas tecnologías
9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión
10. Organizar la propia formación continua
|
Miguel Zabalza
|
·
Planificar
el proceso de enseñanza-aprendizaje
·
Seleccionar
y preparar los contenidos disciplinares
·
Ofrecer
información y explicaciones comprensibles y bien organizada
·
Manejo
de las nuevas tecnologías
·
Diseñar
la metodología y organizar las actividades
·
Comunicarse
– relacionarse con los alumnos.
·
Tutorizar
·
Evaluar
·
Reflexionar
e investigar sobre la enseñanza
·
Identificarse
con la Institución y trabajar en equipo.
|
Por lo tanto, no se trata de que los
profesores realicen automáticamente cada una de estas tareas ni que renuncien a
lo que básicamente son; se trata de que la originalidad del docente, a partir
de una observación sistemática, apasionada e insistente sobre el aprendizaje de
sus alumnos, encuentre en estos factores de
competencia un punto de partida firme, una vertiente que le ayude a
configurar su capacidad expresiva y
creativa para que no se pierda en impulsos aislados.
Para concluir podemos decir que las
competencias mencionadas anteriormente sobre la
competencia docente se concretan de acuerdo a la particularidad de cada
profesor adaptándolas a su temperamento, energía creativa y responsabilidad,
transformada en una auténtica herramienta optima de aprendizaje, capaz de
implicar al estudiante universitario en su propia formación profesional.
REFERENCIAS
----Perrenoud, P. (1999).
Diez nuevas competencias para enseñar. París: ESF.
· ----Zabalza
Miguel A. “Competencias docentes del profesorado universitaria. Calidad y
desarrollo profesional”. Narcea, España. 2003
No hay comentarios:
Publicar un comentario